Espacio de Antonio Álvarez

EL SEGUNDO HOMBRE EN LA LUNA

10 diciembre, 2012
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Aldrin

Aunque oficialmente el coronel Buzz Aldrin fue el segundo hombre en pisar la Luna,   por su alta preparación académica sin duda fue el primero, pues obtuvo un doctorado en Ciencias en el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts y antes se había graduado con los máximos honores como ingeniero en la legendaria Academia Militar de West Point.

Registrado por sus padres con los nombres de Edwin Eugene, tan pronto como pudo realizó los trámites legales para cambiar su apelativo a Buzz, que en inglés significa timbre y que fue el apodo con que le llamaban sus hermanas menores en el hogar paterno.

Tras el retorno a la Tierra y tras un período de cuarentena (se temía que la tripulación del Apolo XI trajera gérmenes patógenos) emprendió con sus compañeros una gira triunfal por todo el mundo. Vitoreados por multitudes, aquellos astronautas fueron recibidos por jefes de Estado y de Gobierno y se codearon con celebridades. Fue una gira extenuante de dos años. Por desgracia, ese tiempo, aunado al prolongado y duro entrenamiento para la histórica expedición, tuvo efectos muy negativos en el equilibrio emocional de Aldrin.  Por severas desavenencias conyugales se divorció y empezó a buscar alivio en el alcohol.  Casado y divorciado nuevamente,  todo indicaba que el famoso Buzz terminaría sus días dominado por la intemperancia. Afortunadamente, se recuperó y se ha convertido en una personalidad influyente en la opinión pública norteamericana.

Convencido de que existe la vida extraterrestre, pues a su entender,  entre millones de planetas, sería ilógico  que en algunos de ellos no se dieran condiciones propicias para la vida, incluso para la vida inteligente y con capacidades tecnológicas y científicas, lamenta -no obstante-  que los fanáticos del fenómeno OVNI tramposamente afirmen que él vio alienígenas durante su misión espacial. Asimismo deplora que indebidamente  asocien su nombre a un supuesto avistamiento de hombrecillos verdes en la Luna y a una pretendida nave espacial que siguió al Apolo XI. “No crean todo lo que leen y oyen por ahí” insiste. Mucho ha contribuido a que se le relacione con OVNIS que su compañero de la misión GEMINI XII James A. Lovell declarara haber visto durante ese viaje de 1966 cuatro objetos en línea que sabía que no eran estrellas. En todo caso, Aldrin considera que es necesario abordar el fenómeno OVNI con criterios científicos.

Luna

En Volviendo a la Tierra y en Magnífica desolación, libros autobiográficos, narra anécdotas fascinantes. Colocar el asta bandera en el duro suelo lunar le puso nerviosísimo. “Tuve miedo de hacer el ridículo ante millones de personas que nos veían a través de la televisión”.  Asimismo cuenta que a Neil Armstrong y a él les daba miedo la posibilidad de que se atorara la escotilla que les permitiría regresar al módulo lunar Eagle. Platica también que tuvo que usar un bolígrafo para activar los controles que les permitirían el despegue de la Luna. “Ya había iniciado la cuenta regresiva y los controles no respondían. Fue una situación desesperada”. De hecho, la muerte en ningún momento fue una probabilidad remota. El desperfecto en los controles de la nave les hizo perder mucho combustible. Al concluir el viaje sólo les quedaba combustible para 15 segundos. El presidente Nixon tenía un discurso preparado en el que lamentaba la muerte de Neil Armstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins y les llamaba  héroes de la humanidad.

Asevera que la NASA ha dado bandazos en sus objetivos. A las expediciones a la Luna, siguió la creación de laboratorios espaciales y la construcción de transbordadores, pero se postergó la posibilidad de realizar  viajes tripulados a otros planetas. Aldrin sigue siendo el primero en insistir que propio del espíritu inquisitivo del ser humano es la exploración de otros mundos.

Ciertamente, Buzz Aldrin fue el segundo hombre en pisar la Luna, pero está muy claro que nunca  fue ni será un segundón.


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MAESTRA FUERA DE SERIE

28 noviembre, 2012
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Hay quienes aseguran que la belleza física de una mujer es inversamente proporcional a su cultura e inteligencia. Por fortuna, ese aserto,  machista y tonto a más no poder, ha sido desmentido en incontables ocasiones. Un botón de muestra: sor Juana Inés de la Cruz, que encarnó la más alta cultura de su tiempo, se distinguió también por una belleza que cautivó a muchos de sus contemporáneos. De hecho, ella deploraba ser tan atractiva, pues rechazar los constantes asedios de sus numerosos pretendientes le quitaba tiempo que deseaba dedicar al trabajo intelectual.

Durante mis estudios secundarios tuve la fortuna de tener como maestra a una mujer excepcional. Enseñaba historia de México y era un deleite verla y escucharla. Además de ser  muy bella, poseía el don de la palabra y nos emocionaba con relatos del Popol Vuh y del Chilam Balam. Era tanta su elocuencia que en cada clase recreaba y nos hacía vivir maravillosos episodios de la América precolombina. Su enorme pasión por las culturas que florecieron en Mesoamérica despertó en muchos alumnos un genuino afán de saber. Generosa en verdad, siempre tenía tiempo para atendernos y a algunos nos prestaba joyas bibliográficas e interesantes fonogramas. “No se conformen con lo que yo les digo en clase, lean e investiguen todo lo que puedan” nos respondía con sincera humildad cuando elogiábamos sus amenas exposiciones.

Nos hacía sentir importantes. Mientras otros docentes, nos veían como mocosos irrelevantes o como adolescentes detestables, ella nos trataba siempre como personas valiosísimas. Alentaba la expresión de nuestras opiniones y las escuchaba con el máximo respeto. Con ella aprendimos que el diálogo nos hace crecer y construye comunidad.

Estudiosa incansable, no cultivaba únicamente su intelecto. Con un genuino enfoque holístico, buscaba el equilibrio individual, el crecimiento comunitario y el desarrollo sustentable. Meditaba cada día, hacía ejercicio, amaba las artes y el contacto con la naturaleza.

Aunque sólo me dio clases un año, su ejemplo siguió contribuyendo a mi educación. Sin duda, mucho influyó en mi decisión de convertirme en profesor.

Hace años, un grupo de damas me invitó a dar una serie de charlas sabatinas sobre temas filosóficos. Grande fue mi sorpresa al descubrir entre las asistentes a mi admiradísima maestra. Seguía siendo una mujer hermosa y seguía irradiando amor por el conocimiento. Recuerdo que tomó cuidadosa nota de todo lo que expuse a pesar de que seguramente dominaba los temas. Nervioso me acerqué a saludarla, habían pasado dos décadas desde la última vez que nos vimos. Le dije que era un honor que ella acudiera a escuchar una plática que no necesitaba, pues su saber superaba ampliamente al mío. “No digas eso y déjame darte un abrazo” fue su cálida respuesta. Al concluir las charlas, me pidió que estudiáramos juntos textos sagrados de Oriente y Occidente. Leímos el Bhagavad Gita y el Tao Te King  y cada palabra cobró sublimes significados al escucharla de sus labios.  Después revisamos a San Juan de la Cruz y a Meister Eckhart.

No le gustaba que le llamara maestra. Afirmaba que ella sólo era y sería hasta el final de sus días una humilde aprendiz del arte de vivir. Gracias a ella yo también me concibo ante todo como un aprendiz.

Hace tres años, me enteré de su defunción. Por cumplir con compromisos  profesionales no pude asistir a su funeral. Sé que mi mejor homenaje consiste en esmerarme en mi trabajo como profesor siguiendo su ejemplo. Ella me pasó una estafeta que debe llegar bien y oportunamente a otros destinatarios.

¿Su nombre? Carolina Rodríguez Aldape. Quienes fueron sus alumnos saben que no exagero al describirla como un ser humano excepcional, una persona que supo conjuntar bondad, verdad y belleza.


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FELIPE CALDERÓN Y LOS SACRIFICIOS AJENOS

10 noviembre, 2012
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Más de setenta mil muertos es el trágico saldo del sexenio de Felipe Calderón.  Él pretende justificar tantas muertes diciendo que la lucha que su gobierno emprendió contra el crimen organizado era insoslayable.  En todos los foros,  ha expresado su deseo de que el siguiente presidente continúe  el combate a los carteles de la droga con las mismas estrategias fallidas  e incluso se atreve a pedir al pueblo de México  más valor y sacrificios. Asumiéndose como ejemplo, insiste en que es un privilegio luchar por la patria. Qué bonito es ver llover y no mojarse.

Es fácil tener valor si se es protegido en todo momento por un impresionante equipo de seguridad armado hasta los dientes. Asimismo, es fácil llamar al sacrificio cuando los sacrificados han de ser otros.

Siendo  presidente, Calderón  jamás compartió la indefensión a que están condenados millones de mexicanos. Ilustrativo es el hecho de que en su último viaje  a Nueva York para participar en la Asamblea de la ONU, el avión en que se trasportaba fuese escoltado hasta la frontera por dos cazas F-5 de la Fuerza Área Mexicana.

Como expresidente  tampoco compartirá la extrema vulnerabilidad del pueblo, pues además de una jugosa pensión vitalicia que le permitirá vivir con comodidades y lujos,  podrá tener a su servicio  hasta 78 miembros del Estado Mayor Presidencial y a 23 empleados administrativos y domésticos, todos con cargo al erario. Se le entregarán  varios vehículos blindados y no tendrá que preocuparse por los pagos de tenencias, verificación, seguros, mantenimiento y combustible. No pagará por telefonía fija, electricidad y agua potable. Contará con un generoso seguro de gastos médicos mayores. Así, resulta más que improbable que Calderón algún día acuda a atenderse en hospitales del IMSS o del ISSSTE o en las pobres clínicas de su tan cacareado seguro popular. Por otra parte, contará con un envidiable seguro de vida de ocho millones de pesos.

¿A cuánto ascenderán sus ingresos? De acuerdo a un decreto que data de tiempos de Miguel de la Madrid, durante el resto de su vida Calderón recibirá una pensión equivalente a la de un secretario de Estado en funciones. Por ende, recibirá 215 mil pesos mensuales que se incrementarán cada vez que suban los salarios de los miembros del gabinete. Y tendrá aguinaldo,  prima vacacional, estímulos especiales y -por si fuera poco- apoyo para compra de despensa.

Si Calderón fallece antes que su esposa, ésta no quedará desprotegida.  En el Acuerdo Presidencial 2763-BIS, de fecha 31 de marzo de 1987, se especifica que en caso de defunción de un expresidente, se le otorgará a su cónyuge una pensión equivalente al 80 por ciento del sueldo que corresponde a un secretario de Estado, que disminuirá en un 10 por ciento anual a partir del segundo año, hasta quedar en un 50 por ciento del sueldo ministerial.  Además, su esposa Margarita, gozaría  de los seguros de vida y de gastos médicos mayores por un monto equivalente al 80 por ciento, de la suma asegurada.  Los hijos estarían cubiertos con su seguro de gastos médicos  hasta la mayoría de edad.  A manera de ejemplo, tenemos a la viuda de José López Portillo, Sasha Montenegro, que recibe 115 mil 187 pesos mensuales.

En países como Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay, Perú y Ecuador al terminar su mandato quienes fueron presidentes dejan de recibir salarios; en Costa Rica el sueldo es equivalente al de un diputado pero ya no cuentan con escoltas pagadas con recursos públicos.

Calderón tendrá protección militar por el resto de sus días. En cambio, Barak Obama sólo contará con protección del FBI por diez años tras dejar la presidencia.

Así como no se ve al mundo igual desde una casita de barriada que desde una mansión de un  suburbio exclusivo, tampoco se asumen de la misma manera, los riesgos desde la indefensión de la población común que desde la seguridad que brindan escoltas de élite y un cuantioso patrimonio.

Calderón aportó estrategias fallidas y declaraciones triunfalistas, la gente sencilla puso sacrificios y muertos.


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CENSURA IZQUIERDISTA

28 octubre, 2012
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¿Debe haber censura gubernamental a las artes? Muchísimas personas de inmediato responden a esa pregunta con un rotundo no. Desde hace décadas y en numerosas naciones se ha abandonado la censura de gobiernos a las creaciones artísticas.
Platón consideraba que el gobierno debía tener control absoluto sobre las artes. A su entender, no podía permitirse que los ciudadanos quedaran expuestos a la influencia de artistas capaces de apartarlos de las virtudes que una sociedad ordenada requería. Según él, la censura y la represión están plenamente justificadas ya que las artes exacerban las pasiones de la gente. Por ende, los habitantes de la ciudad-estado sólo deberían escuchar la música, ver las piezas teatrales y leer los libros que contaran con la autorización de los censores oficiales.
Si las autoridades políticas habitualmente vieron con recelo el trabajo de los creadores artísticos, las autoridades eclesiásticas fiscalizaron de manera obsesiva a los artistas y condenaron todo lo que les parecía pecaminoso. Hasta bien entrado el siglo XX, la iglesia católica siguió publicando el Index librorum prohibitorum et expurgatorum para que sus fieles supieran los nombres de libros y autores que les estaban vedados. Y, para colmo, todavía existen congregaciones que exigen a sus adeptos tener un director espiritual al que deben pedir autorización para leer ciertos libros.
Sin embargo, no se piense que sólo gobiernos derechistas e instituciones conservadoras han practicado la censura de artistas. Diversos gobiernos de izquierda también han sido severísimos. En la época de Stalin se impuso en la Unión Soviética la estrecha doctrina del realismo socialista. Artistas como Dimitri Shostakóvich, Serguéi Prokófiev y Aram Jachaturián tuvieron que ceñirse a las directrices del atroz decreto Zhdánov que únicamente autorizaba obras que proclamaran la grandeza de la revolución y cantaran loas a Stalin. El compositor Shostakóvich fue cruelmente criticado, sobre todo por su Cuarta Sinfonía y por su ópera Lady Macbeth de Mtsensk, y tratando de congraciarse presentó su Quinta Sinfonía con el obsecuente subtítulo de Respuesta de un compositor soviético a una crítica justa. En China, durante los años aciagos de la revolución cultural, se llegó al extremo de encarcelar a quienes poseían violines porque éstos representaban a la explotadora sociedad occidental. Vergonzosamente así como hubo quema de libros, hubo destrucción de valiosos instrumentos musicales.
No fue sólo durante la época estalinista que se ejerció un férreo control sobre las artes. Anteriormente, el mismísimo Lenin había pretendido justificar la censura: “Todo artista reclama su derecho para trabajar libremente conforme a su propio ideal, sea éste malo o bueno. Es aquí donde surge el caos. Los comunistas no debemos doblegarnos, dejando que ese caos crezca. Es nuestro deber controlar los resultados del desarrollo artístico”. Varios años después, ya muerto Stalin, en la sesión plenaria del Comité Central del Partido Comunista de 1958, se describió al ganador del premio Nobel de Literatura, Boris Pasternak, autor de El doctor Zhivago, como una «animal sarnoso que se plegaba a los deseos de los enemigos de la Unión Soviética con libros llenos de calumnias. El premier Nikita Jrushchov aseguró que “un cerdo no haría lo que Pasternak ha hecho porque un cerdo jamás caga donde come».
El realismo socialista fue señalado como una práctica asfixiante por destacados marxistas. El filósofo Georg Lukács, opuesto al culto a la personalidad de gobernantes, propuso en su lugar un realismo crítico. Por su parte, el Che Guevara reconoció que el realismo socialista tenía una intolerable rigidez. Sin embargo, el famoso guerrillero no fue congruente con sus propias tesis, pues se empeñó en prohibir el jazz y el rock en Cuba por considerarlos manifestaciones burguesas y decadentistas. Incluso las canciones de los Beatles le parecían a Guevara música dañina.
Afortunadamente, no hay censura que resista el paso del tiempo. A final de cuentas, todos los censores son rebasados por las genuinas aspiraciones de la humanidad. Diríase que la libertad hace valer sus espacios.


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LA DAMA DE LOS PERROS

14 octubre, 2012
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Doña Mariquita se puso  feliz cuando le dije  que estudiaría para veterinario. Me cubrió de bendiciones y me aseguró que así ganaría un sitio en el cielo.  Testigos de mi impulsivo compromiso y de sus nobles parabienes fueron dos  perros pequineses: el Solovino  y el Coloso. Por supuesto, no cumplí aquella promesa que irreflexivamente hice a mis ocho años. Al evocar ese momento, me parece ver todavía al Solovino guiñándome un ojo. En realidad el perro estaba tuerto, pero quisiera creer que, adivinando  que  yo seguiría otro derrotero, aquel can me hizo un gesto solidario.

La señora Mariquita falleció antes de que iniciara mis estudios en dos licenciaturas que nada tenían que ver con la medicina veterinaria. No creo que me hubiera reclamado por incumplir mi promesa, pues ella era más buena que el pan. Su trato afable le granjeó el cariño de mucha gente. Aquella anciana, de ascendencia libanesa, dedicaba varias horas de cada día a pasar de casa en casa pidiendo sobras de comida para sus perritos. Y  como bien dice el texto de Mario Benedetti, éstos eran mucho más que dos. 

Había convertido su casa, ubicada en la colonia Ampliación Los Ángeles, en un refugio de canes. Con el tiempo algunos vecinos protestarían, pero al principio lo poco poblado de esa colonia le facilitó su labor en pro de perros desamparados.

La recuerdo, encorvada por los años, pero de andar decidido y rápido. Su ropa colorida y su cabello teñido de pelirroja evidenciaban una actitud jovial. También usaba bisutería y abundante maquillaje, aunque sus mejores prendas eran los  saludos cariñosos y un agradable sentido del humor.

Tenía un hijo profesionista muy  próspero que vivía en Torreón Jardín. Sus nietos asistían al mismo colegio que yo y doña Mariquita me preguntaba por ellos. Infiero que estaba distanciada del hijo. No sé cómo se sostenía.  Indudablemente había gozado de épocas de bonanza. Su plática revelaba que había hecho viajes de placer y alternado con personas pudientes.

Compartía la casa con una hija cuyo matrimonio se malogró. El fracaso conyugal quebrantó la salud emocional de la hija e injustamente su depresión  y desaliño motivaron que algunas personas la tomaran como una loca. Había incluso quien se burlaba de ella en las raras ocasiones en que se atrevía a salir. Y no se crea que eran chiquillos inconscientes quienes zaherían a la pobre mujer; lo hacían señoritas y señoras de dizque alta sociedad.

Al mal tiempo buena cara, reza un conocido refrán y Mariquita vivía en conformidad con ese dicho. Le gustaba tararear zarzuelas y valses y recorría la colonia con una sonrisa de oreja a oreja seguida por su fiel Solovino, pues el Coloso era mío, o más bien vivía en mi casa, donde claramente mis hermanas y yo éramos de él.

Casi al final de sus días tuvo conflictos con su hija. Ésta también quería amparar animales, pero prefería que fueran gatos. Mariquita tenía una paciencia franciscana, pero que desplazaran a sus adorados perros por huraños gatos le resultaba inadmisible. La contienda duró semanas y muchos nos dimos cuenta del intercambio de reproches y palabras ásperas. Se alcanzó una problemática tregua: una parte de la casa sería albergue canino y la otra, refugio felino.

Cronos finalmente acabó con Mariquita. Sin ella, su hija perdió lo poco que le quedaba de equilibrio. Obligada a salir, para procurar el sustento, le tocó sufrir las peores burlas de las señoritas y señoras que no veían incongruencia entre esa saña y la supuesta formación cristiana que recibieron; consiguieron una orden de allanamiento y después lograron que todos los animales fueran sacrificados. Trataron como una loca  a la hija y ésta finalmente perdió la razón.

Me quedo con el grato recuerdo de doña Mariquita. No fui veterinario, pero quiero mucho a algunos animales que paradójicamente me dan lecciones de humanidad. Hubo quienes pensaron que Mariquita también estaba privada de razón. Pascal les respondería que el corazón tiene razones que la razón no conoce.


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¿ES EL VIOLÍN O EL VIOLINISTA?

30 septiembre, 2012
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La difícil facilidad de los maestros

Por su manufactura y por sus materiales, por su cuidadosa y esmerada fabricación, existen instrumentos musicales de calidad excepcional. Entre los violines destacan los Stradivarius, los Amati  y los Guarnerius. Todos son sumamente raros y su costo es elevadísimo. El Vieuxtemps Guarneri, que lleva ese nombre por haber  sido fabricado por Giuseppe Guarneri del Gesú  y haber pertenecido a Henri Vieuxtemps, célebre violinista francés del siglo XIX,  tiene un precio estimado en 18 millones de dólares. Resulta natural,  por lo tanto, que a ese instrumento se le conozca como la Mona Lisa de los violines y que únicamente a virtuosos como Yehudi Menuhin, Itzhak Perlman y Pinchas Zukerman se les haya permitido tocarlo en ocasiones especiales.

Más valioso aún es el Guarnerius Il Canone que Niccoló Paganini tocó en el cenit de su carrera y de su vida. También fue construido por el mejor laudero de Cremona. Nunca se pondrá a la venta pues es considerado tesoro cultural de Génova y patrimonio de Italia. Embelesadas, las personas que escucharon a Paganini tocarlo, afirmaban que su música era sobrenatural e incluso muchas creían que éste había hecho un pacto con el Diablo. Claro está que el aspecto raro y desgarbado de Paganini, su prominente nariz semítica y el hecho de padecer el síndrome de Marfán (manos de 45 centímetros,  brazos larguísimos, columna desviada, mandíbula muy pequeña) favorecían la impresión que daba como beneficiario de un pacto diabólico, sobre todo porque en plena ejecución, Paganini intencionalmente hacía que se reventara alguna de las cuerdas de su instrumento y frente al pasmo de todos, continuaba ejecutando a la perfección su melodía como si nada hubiese ocurrido.

¿Acaso las ejecuciones magníficas de Paganini se debían a que usaba un  Guarnerius?  La respuesta debería ser obvia: Paganini con un violín regular sería capaz de producir música excelsa, mientras que un violinista desmañado aun con el más fino instrumento apenas podría lograr ejecuciones mediocres.

Las interpretaciones de Paganini se debían a la absoluta consagración a la práctica y estudio de su arte. Bien sabía que su talento solamente   daría  abundantes frutos si lo cultivaba con el máximo esmero día tras día. Como Miguel Ángel Buonarroti y Leonardo da Vinci, como Franz Liszt y Serguéi Rachmaninov, como Auguste Rodin y Pau Casals, Niccoló Paganini logró “la difícil facilidad de los maestros”, es decir, logró hacer parecer sencillo lo que al común de los mortales resulta extremadamente difícil. Esto se vincula directamente con el trabajo de los profesores –y de alguna manera todos lo somos, primordialmente los papás-, pues niños y jóvenes etiquetados como “imposibles de educar”, asombrosamente dan lo mejor de sí y responden de manera asombrosa cuando trabaja con ellos un genuino maestro. Asimismo, estudiantes de enorme potencial muestran un rendimiento pobre, cuando les toca la desgracia de tener como profesor a una persona sin vocación, irresponsable y carente de amor a la vida. Entonces la validez del símil resulta evidente: así como con un violín normal se puede producir música perfecta si quien lo toca se ha consagrado a su arte, también con muchachos ordinarios y hasta problemáticos se pueden promover aprendizajes significativos y obtener resultados extraordinarios si su educador tiene verdadera vocación y se esmera en su trabajo, si de verdad ama su profesión y a sus alumnos.  En las artes, como en la vida, atendiendo lo principal, lo demás se da por añadidura.

No es el violín, sino el violinista quien hace la diferencia.


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LOS PRÓXIMOS CIEN AÑOS

15 septiembre, 2012
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George Friedman, que fundó y dirige el centro de reflexión geopolítica Strategic Forecast, nos sorprende con pronósticos que parecen ir contra el sentido común. Declara enfáticamente que la era de Estados Unidos como superpotencia está muy lejos de terminar. Afirma que China en los próximos años se irá abajo. Asegura que las otras potencias mundiales serán Japón, Polonia y Turquía. Y  considera que hay una alta probabilidad de  guerra entre México y los Estados Unidos.

Para Friedman los analistas “ven como permanentes las nubes pasajeras, y son ciegos a los cambios a largo plazo que tienen lugar ante los ojos del mundo.”  Muchos no se han dado cuenta que la crisis actual es pasajera, menos grave que la gran depresión de 1929. El crecimiento de la economía estadounidense continuará.  En el siglo XXI ninguna nación  igualará el poderío económico, militar y político de los norteamericanos.  Factores como el tener un territorio con envidiable acceso al atlántico y al pacífico, un eficiente sistema de comunicaciones, la mayor infraestructura,  el ejército más poderoso  y un desarrollo científico y tecnológico fuera de serie aseguran el predominio del Tío Sam.

China no es tan temible como muchos piensan porque la riqueza generada por el  crecimiento de los últimos años sólo ha beneficiado a una porción ínfima de su población.  De hecho, el 92 % de su gente tiene un ingreso equivalente al de Bolivia. Se trata de una nación que no está en condiciones de mantener su expansión porque geopolíticamente es una isla, separada por territorios infranqueables como las estepas mongolas y los Himalaya. Según Friedman, China ha hecho un gran trabajo al recuperarse del desastre del maoísmo, pero ya alcanzó los límites de su crecimiento. Su mano de obra no es la más barata  y su tecnología es inferior a la de Estados Unidos, Japón, Alemania y Corea. (Estados Unidos patenta 120 mil inventos al año, China  4 mil) Además no es una potencia naval y construir una armada requiere mucho tiempo no sólo para construir barcos sino para entrenar los marineros que se necesitan. Los desequilibrios estructurales generarán  presiones internas en China que requerirán todos sus  recursos para atenderlos, desalentando  cualquier aventura global.

Para Friedman los datos de la economía japonesa, serios y confiables, en contrapartida con los sospechosos datos presentados por el gobierno chino, permiten concluir que Japón será de nueva cuenta una nación protagónica. Su alta productividad y su tecnología de punta los mantendrán como la segunda potencia.  Desgraciadamente, sus tradiciones militaristas y la búsqueda de materias primas, animarán campañas de expansión que desembocarán en conflictos bélicos.

Polonia, por su posición estratégica en medio de Alemania y Rusia, se convertirá en un valioso aliado para los norteamericanos. Los rusos tratarán de recrear sus áreas de influencia y ante el declive previsto de Alemania, Estados Unidos brindará a Polonia un amplio respaldo tecnológico y económico. La idea es que Polonia encabece el frente anti ruso.

Por su parte, Turquía es una nación estable en medio del caos que hay  en los Balcanes, el Cáucaso y el mundo árabe.   Todo indica que se convertirá en la potencia de aquella región.

Friedman piensa que se ha subestimado a México. Ya es la economía trece del planeta y continuará avanzando, porque su mano de obra es abundante, accesible y cada vez está mejor calificada. Con acceso a los dos océanos, diversidad de recursos naturales, su vecindad y libre comercio con Estados Unidos acelerarán su desarrollo.  Sin embargo, la presencia de millones de trabajadores mexicanos en suelo norteamericano implicará una reconquista cultural de los territorios que México perdió en 1848. Eso ya está provocando tensiones que podrían llevar  a una guerra.

Ante lo osado de sus  pronósticos Friedman declara: “Es imposible anticipar detalles precisos del siglo que empieza, aparte del hecho de que habré muerto cuando termine y no podré saber cuánto me equivoqué”.  Obviamente así se cura en salud.


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EL ASTRÓNOMO ESPIRITISTA

1 septiembre, 2012
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El francés Camilo Flammarión puede ser comparado con el estadounidense Carl Sagan. Como él, fue astrónomo y un avispado autor de obras de divulgación científica.  Ambos brillaron intensamente en sus respectivas épocas,  eclipsando a otros astrónomos de primer nivel. Flammarión en las postrimerías del siglo XIX y en los inicios del siglo XX, Sagan en la  segunda mitad del XX. Sin embargo, en algo no coinciden los dos genios: el estadounidense toda su existencia fue un escéptico duro, en tanto que el francés abrazó el espiritismo y dedicó mucho de su tiempo a los fenómenos paranormales. En marzo de 1869, al morir Allan Kardec, considerado por muchos como el sumo sacerdote del espiritismo, la Sociedad Espírita de París le pidió a Flammarión que pronunciara el discurso fúnebre. Éste aceptó, porque había desarrollado una gran amistad con Kardec e incluso le admiraba. Por supuesto, la prensa dio amplia cobertura a la intervención del célebre astrónomo.  Sería inconcebible que Sagan participara en un evento de esa naturaleza.

Hay que decir, en descargo de Flammarión, que el espiritismo fue considerado muy seriamente por infinidad de personajes notables. Sir Arthur Conan Doyle, el autor de Sherlock Holmes, epítome de la lógica detectivesca, fue uno de sus entusiastas adherentes. Asimismo lo fueron escritores de renombre como Charles Dickens y Víctor Hugo y científicos destacados como el biólogo evolucionista Alfred Russel Wallace y el físico químico William Crookes, descubridor del Talio  e investigador de la conducción de la electricidad en gases.  Recordemos también que aquí en México, don Francisco I. Madero no se hubiera decidido a  lanzarse de lleno a la revolución,  sin los mensajes  que  -según él- recibió de espíritus descarnados como Benito Juárez que le animaron a encabezar  aquella gesta.  El espiritismo fue una epidemia de varias décadas y de millares de afectados.

Para criticar el escepticismo radical en que se empeñaban intelectuales de su época, imbuidos a su entender de un craso positivismo materialista,  Flammarión se apoyó en el filósofo Immanuel Kant quien,  un siglo atrás, humildemente había reconocido ser incapaz de negar la veracidad de los relatos de aparecidos  reportados por incontables personas.  El astrónomo francés insistía en que no había tema que no fuera digno de ser investigado mediante la aplicación del método científico. Es revelador el hecho de que cuando la junta directiva de la Sociedad Espírita de París le ofreció el cargo de presidente, Flammarión lo rechazó alegando que muchos de los seguidores de la doctrina espírita se referían a ella como una religión, cuando según él  era claramente una ciencia. Escribió: “Es únicamente mediante el método científico que se consigue progresar en el conocimiento de la verdad. Las creencias jamás pueden tomar el lugar de un análisis imparcial. Tenemos que mantenernos en guardia contra las vanas ilusiones”.  No obstante, animaba a todos a considerar  la posibilidad de que existan junto a nosotros seres invisibles e intangibles  y  a reconocer la supervivencia del alma. “Hay realidades con las que nuestros sentidos no nos ponen en contacto”.  Por ende, la metodología tendría que refinar sus instrumentos. Mientras tanto, era válido aceptar como hipótesis plausibles la existencia de fantasmas, la reencarnación  y las facultades extrasensoriales. Llegó incluso a declarar, que en una vida anterior, él  había sido el escritor español Alonso de Ercilla y Zúñiga, autor del poema La Araucana.

Si el máximo científico de todos los tiempos, Isaac Newton, cultivó la alquimia y la astrología, bien puede comprenderse que Flammarión haya sido espiritista.

Cuidadoso observador de los planetas y sus lunas, fue el primero en sugerir los nombres actuales de Tritón, satélite de Neptuno y de Amaltea, luna de Júpiter. Desplegó una extraordinaria  labor de divulgación científica. En su honor, llevan su nombre un cráter de nuestra  luna, uno de marte y el asteroide 1021.  Recordémoslo por eso.


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NO OLVIDAR

18 agosto, 2012
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¿Quién lo duda? Jugar ajedrez, leer libros complejos, escuchar música de grandes compositores, encarar problemas de razonamiento y sostener conversaciones con gente inteligente son actividades que fortalecen nuestra mente y mucho enriquecen nuestros días. No obstante, afirmar que quienes cotidianamente ejercitan así su intelecto están exentos de sufrir el mal de Alzheimer es una grotesca simplificación que implica además un juicio sumamente injusto y estigmatizador: que son los cortos de entendederas y los flojos quienes contraen esa enfermedad neurodegenerativa. La verdad es que todavía no se conoce la causa del mal de Alzheimer ni tampoco su cura. Lo que sí consta es que muchas personas nada perezosas ni tontas han contraído esa enfermedad. ¿Nombres? He aquí unos cuantos: Iris Murdoch, filósofa y literata irlandesa, autora de más de cuarenta libros, entre los que se encuentra Bajo la red, considerada una de las cien novelas más influyentes del siglo XX en lengua inglesa. El científico Charles Kuen Kao, ganador del Premio Nobel de Física, por sus investigaciones que aportaron la fibra óptica. Adolfo Suárez, Presidente del Gobierno Español, que logró la difícil conciliación de las fuerzas políticas de su país para asegurar un estable régimen democrático tras la sanguinaria y asfixiante dictadura franquista. Aaron Copland, considerado el decano de los compositores americanos, fue un músico fuera de serie que ha ejercido una influencia extraordinaria. Además de espléndidas obras para salas de concierto, aportó música notable para el cine. Entre sus discípulos se encuentra José Pablo Moncayo, el autor del Huapango que es tomado por muchos como el segundo himno nacional mexicano. Carmen Conde, profesora, poeta y narradora, que se convirtió en la primera mujer admitida como miembro de número de la Real Academia Española. Otro mérito suyo fue fundar con su marido, el escritor Antonio Oliver, la Universidad Popular de Cartagena. El profesor George Lenchner, apasionado de los problemas de razonamiento, se convirtió en el principal promotor de las olimpiadas de matemáticas, concurso que ya goza de un enorme prestigio a nivel mundial. Harold Wilson, dos veces primer ministro del Reino Unido y respetado líder del partido laborista, fue famoso por su alta cultura. Se graduó con los máximos honores en Oxford y se convirtió en uno de sus catedráticos más aclamados. Fue nombrado miembro de la Real Sociedad británica, honor concedido a contadas personas. William Somerset Maugham, novelista y dramaturgo inglés, con un centenar de obras notables, especialmente Servidumbre humana y El filo de la navaja. Otros relevantes escritores como Anthony Burgess y George Orwell reconocen su influencia y también es notorio su influjo en la cinematografía pues hay más de cincuenta películas basadas en sus historias. Robert Graves, que publicó 140 libros, fue otro británico genial cuya erudición fue ampliamente reconocida. Yo Claudio y otras obras semejantes hablan de su prodigioso conocimiento de la antigua Roma y Groves supo trasmitirlo de manera amena y con valores estéticos. Rudolf Bing que trabajó en el demandante puesto de gerente general de la Compañía Metropolitana de Ópera de Nueva York por veintidós años, lidiando con interpretes de trato difícil, públicos exigentes y críticos muy acerbos. De todos modos, el esmero en su trabajo se impuso y buena cuenta da de ello en libros como 5000 Noches en la Ópera y Un Caballero en la Ópera (A Bing la Reina Isabel le concedió el título de Caballero en 1972). El mal de Alzheimer provoca olvido en los enfermos que lo padecen, incluso en los que llevaron existencias intelectualmente ricas. Que nuestro descuido al hablar no provoque olvidarnos del respeto que siempre merecen.


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LIBROS DE LA CÁRCEL

4 agosto, 2012
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En Brasil recientemente se ha anunciado que algunos presos podrán reducir 48 días de cada año de su condena si leen 12 obras literarias, científicas o filosóficas. Se trata de una iniciativa que aspira a elevar la educación de los reclusos y a combatir el sobrecupo en las cárceles. Claro está que los prisioneros deberán presentar cada mes una reseña por libro leído que será revisada por expertos designados por las autoridades penitenciarias. Ojalá las cosas resulten conforme a lo planeado porque a todas luces se trata de un noble proyecto.

Sin duda, la  lectura ha tornado menos lóbrega la condena de incontables prisioneros. Asimismo hay que reconocer que magníficas obras literarias fueron escritas en cárceles o en lugares de cautiverio. Muchos saben que gran parte de la inmortal novela Don Quijote de la Mancha surgió en una prisión sevillana en la que Cervantes estuvo recluido por no entregar cuentas claras de un trabajo temporal como recaudador de impuestos. Sin embargo, abundan las  obras concebidas en la cárcel. He aquí unas cuantas:

Miguel Hernández escribió El Cancionero y romancero de ausencias tras ser condenado a 30 años de prisión al término de la guerra civil española. A Hernández, por haber militado en el bando republicano, la dictadura franquista lo detestaba, pero no se atrevió a privarle de la vida, porque ya era un poeta muy reconocido. El romancero, en que llora la muerte de su primogénito y describe las inquietudes que le genera el nacimiento de su segundo hijo en una España de horizontes oscuros por el represor falangismo, se volvería  un elocuente testimonio que marcaría hitos en la evolución de la poesía ibérica y aumentaría la merecida fama de Hernández.

Fray Luis de León, religioso agustino encarcelado por traducir la Biblia del latín al español sin contar con el permiso eclesiástico, encontró inspiración para escribir De los nombres de Cristo, obra  que comenta con elevada belleza las interpretaciones de los diferentes nombres que se dan a Jesús en la Biblia.

Aunque El Lazarillo de Tormes es una obra considerada de autoría anónima, hay varios estudiosos que piensan que Diego Hurtado de Mendoza fue realmente quien la escribió. Este hombre, encarcelado por irregularidades financieras en su cargo de gobernador de Siena, acabaría siendo desterrado por Felipe II, pero se dice que fue precisamente  en la prisión de la Mota donde concibió al pícaro más memorable y divertido de la literatura española. Y siendo el autor una persona non grata al rey bien se entiende que el Lazarillo se publicara como libro anónimo.

Oscar Wilde, tras  ser el escritor más notable de la Gran Bretaña, fue encarcelado por los delitos de perversión y sodomía. Sus amores homosexuales con Lord Alfred Douglas, hijo del influyente marqués de Queensbarry, fueron condenados por la nada tolerante sociedad victoriana. En una mazmorra  Wilde escribe De profundis, desgarrador documento en que reflexiona en torno al significado del amor que no se atreve a pronunciar su nombre y  que nos permite  vislumbres de un alma llena de obsesiones.  La genialidad y la cultura superior de Wilde jamás se apagan en este escrito del ocaso de su vida.

El explorador  veneciano Marco Polo  fue hecho prisionero por tropas genovesas,  al retornar a Italia, en pleno conflicto bélico entre Génova y Venecia.  Tendrá como  compañero de celda al amanuense Rustichello da Pisa quien le pide que le cuente sus viajes. Marco Polo accede y Rustichello escribe Los viajes de Marco Polo, libro ameno que revela a los europeos la manera de vivir de naciones del extremo oriente, principalmente China, en la época de Kublai Kan.

Los Cuadernos de la cárcel de Antonio Gramsci revelan la visión del mundo de uno de los mayores teóricos políticos del siglo XX.  Condenado a prisión perpetua por  los fascistas del régimen de Mussolini, Gramsci siguió animando  e inspirando con sus escritos a  la gente que buscaba una sociedad más justa, libre y solidaria.

Bien podría decirse que estos libros escritos en la cárcel resultaron manifiestos de  libertad.


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